Unas simples ramas combinadas con una flor blanca son el mejor adorno para la mesa. Necesitarás: ramitas secas, cinco nerinas blancas, dos piñas, una base de cinc con forma rectangular, musgo y mosi, bolas de lilas chinas, o alguna similar.
El gran encanto de esta composición radica en la sencilla elegancia de los elementos entre los que destaca la belleza exótica de las nerinas. Otra de las claves es el recipiente, una base de cinc alargada. Si no la tienes a mano, utiliza una de madera.
Coloca una tira de mosi húmedo, dentro de la base y recúbrelo de musgo. Para que no se mueva, sujétalo con unas horquillas. Luego, clava las nerinas, con los tallos cortados a alturas diferentes, y las ramas. Finalmente, distribuye las piñas y las bolitas.