Un pasillo o el trozo de pared que queda bajo la ventana pueden dar cabida a una práctica librería baja, que solucionará el eterno problema de donde colocar tantos libros. Es aconsejable encargarla a medida para no perder un centímetro, siempre es mejor hacerla de pared a pared y en cuanto al ancho bastará con 30 cm.